Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Liturgia

Reflexiones liturgicas

Un misterio llamado Iglesia : Pbro. Aderico Dolzani, ssp. 19/05/2013 La fiesta de Pentecostés cierra el ciclo pascual. En este día, la comunidad de los primeros creyentes, apóstoles, discípulos, las mujeres que acompañaban a Jesús (entre ellas, María, la madre del Señor), recibieron al Espíritu Santo. Desde entonces, Dios mismo vino a habitar entre nosotros. El Señor les dio el poder de perdonar los pecados. Para ellos fue como comenzar de nuevo, como criaturas diferentes, recién creadas por Dios. Así comenzó la historia con Adán y Eva. Así comenzó nuestra Iglesia: toda pura. La fuerza del Espíritu no nos convierte automáticamente en santos y perfectos. Continuamos con nuestras debilidades y tentaciones, pero con la posibilidad de perdonar y ser perdonados. Esa es la fuerza que hace que la Iglesia , la comunidad de los creyentes, sea siempre joven, dinámica y que supere crisis, escándalos, dificultades y problemas que parecen invencibles. Es así desde hace más de 2000 años. Cuan

Reflexiones litúrgicas

Ahora nos toca a nosotros: P. Aderico Dolzani, ssp. 12/05/2013 En el día de la Ascensión , los apóstoles comprendieron mejor las Sagradas Escrituras:“se les abrió la mente”. Jesús, antes de dejarlos, les dijo algo muy consolador: “Ustedes son testigos de todo esto”, que es lo mismo que declarar: “Confío en ustedes”. Los llevó hasta cerca de Betania, los bendijo y se separó de ellos. Subió al cielo. Los discípulos volvieron a Jerusalén muy contentos. La vida de todos los mortales termina con la muerte. La muerte de Cristo se transforma en la alegría de la Resurrección y el envío de los que creyeron en él para que misionen por todo el mundo. Así comienzan los tiempos de la Iglesia primitiva, una comunidad que vivía con la alegría de la misión, algo que se repite hasta nuestros días. La Iglesia , una comunidad que toma seriamente la misión, es alegre y contagia alegría. Aquel día los apóstoles entendieron que comenzaba una nueva tarea, y fueron a predicar el evangelio por todo e

Reflexiones liturgicas

Ahora nos toca a nosotros: Pbro. Aderico Dolzani, ssp. 12/05/2013   En el día de la Ascensión , los Apóstoles comprendieron mejor las Sagradas Escrituras: “se les abrió la mente”, señala el texto. Jesús, antes de dejarlos, les dijo algo muy consolador: “Ustedes son testigos de todo esto”, que es lo mismo que declarar, “confío solo en ustedes”. Los llevó hasta cerca de Betania, los bendijo y se separó de ellos. Subió al cielo. Los discípulos volvieron a Jerusalén muy contentos. La vida de todos los mortales termina con la muerte. La muerte de Cristo se transforma en la alegría de la resurrección y el envío de los que creyeron en él a misionar por todo el mundo. Así comienzan los tiempos de la Iglesia , una comunidad que vivía con la alegría de la misión. Algo que muchas se repiten en la historia cuando hay una Iglesia, una comunidad que toma seriamente la misión, es alegre y contagia alegría. Puede tener problemas y sufrimientos, pero genera esperanza y entusiasmo porque no está c

Liturgia

El Evangelio De Hoy domingo 28 De abril De 2013. V DOMINGO DE PASCUA. ¡Bienvenidos. Hermanos y hermanas en Cristo Jesús! “El Señor este con Uds.”.Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo Resucitado que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz. Con alegría leamos la palabra. Habla Señor, qué tu siervo escucha”. Señor, creo en las Sagradas Escrituras que voy a leer, se que contiene Tu Santa Palabra. Haz que la escuche con todo respeto y amor. Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad lo que Tú quieres de mí. Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza y enciende mi corazón para que la palabra de Dios pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio de Tu Palabra, Tu Divina voluntad, lo que puedo y debo lo, que debo y puedo modificar, y que no depende de mi cambiar, como debo conducirme en los

Liturgia

La paz anhelada: Pbro. Víctor M. Fernández 01 /01/2009 En el día mundial de la paz, el evangelio presenta una escena que nos habla de la paz. En la noche de Belén, se respira el anhelo de un mundo en armonía: el niño pequeño en el pesebre; su madre, serena, meditando todo en su corazón; los pobres y humildes pastores admirando la escena. Parece un mundo donde la violencia y el odio no pueden tener lugar, es como un ideal del mundo soñado y anunciado por los profetas. Pero, en verdad, refleja también el sueño profundo de toda la humanidad, cansada de contrariedades, guerras, oposiciones, competencia, mentira e injusticia. Allí, en el pesebre, se hace real lo que Dios vio cuando creó al ser humano: que era " muy bueno" (Gn 1, 2 1). Allí, en una pequeña familia resguardada en una pobre cueva, se hacía realidad la humanidad que soñó el Padre Dios, un mundo en paz. Sería bueno también que pudiéramos detenernos un instante, que pudiéramos liberarnos por un momento de la fi

Liturgia

Un antiguo nuevo mandamiento. P. Aderico Dolzani, ssp. 28/04/2013 Cuando decimos o repetimos que las palabras de Jesús, “ámense los unos a los otros”, expresan un mandamiento nuevo, podemos imaginar que él lo inventó en ese momento. No hay que olvidar que casi exactamente las mismas palabras se encuentran en el Levítico (19,18): “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. El mandamiento no era nuevo en tiempos de Jesús, y mucho menos lo es hoy. Pero Jesús le dio un contenido novedoso. Está en nosotros actualizar esa novedad. No es fruto de estudios bíblicos, teológicos o catequísticos, que sólo pueden ayudarnos si en nuestro corazón está presente lo esencial: la vivencia cotidiana del bautismo que nos hace hijos de Dios y hermanos y hermanas, sin distinciones. El amor nace de la vida espiritual y no de un esfuerzo moral de la voluntad. No es un mandamiento más de la ley para distinguir a los que aceptan participar del Reino e imitar al Señor. Es la esencia de nuestro ser cristiano.

Liturgia

“Cristo, por su cruz, reúne a los hombres divididos y dispersos” Cristo selló con su sangre un pacto nuevo, a saber, el Nuevo Testamento (1C 11,25), lo estableció convocando un pueblo de judíos y gentiles, que se unificara no según la carne, sino en el Espíritu, y constituyera el nuevo Pueblo de Dios...: un linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo de adquisición..., que en un tiempo no era pueblo y ahora es pueblo de Dios” (1P 2, 9-10). Este pueblo mesiánico, por consiguiente, aunque no incluya a todos los hombres actualmente y con frecuencia parezca una grey pequeña, es, sin embargo, para todo el género humano, un germen segurísimo de unidad, de esperanza y de salvación. Cristo, que lo instituyó para ser comunión de vida, de caridad y de verdad, se sirve también de él como de instrumento de la redención universal y lo envía a todo el universo como luz del mundo y sal de la tierra (cf. Mt 5,13-16)... Dios formó una comunidad de quienes, creyendo, ven en Jesús al auto

Evangelio del día (Jn 8, 1-11.) 17/03/13 Domingo 5º de Cuaresma.

Reflexión : Los fariseos y escribas ponen a prueba a Jesús porque si Él decía que se debía dejar ir a la mujer, iba contra la ley de Moisés; y si Él decía que había que apedrearla, lo hubieran acusado de crueldad. Por eso Jesús da esa maravillosa respuesta y, dicen los estudiosos de las Sagradas Escrituras que Jesús escribía en el suelo los pecados de los que estaban presentes acusando a la mujer, por eso al verse descubiertos se fueron retirando, y primero los más ancianos, los más endurecidos en el pecado. El único que podía arrojarle piedras con justicia era Jesús porque Él no tiene pecado. Pues bien, Él no se las arrojó y además la perdonó. Por eso debemos aprender de Jesús a ser misericordiosos y a perdonar. El Evangelio es de una claridad pasmosa. Por un lado expone cual es el proceder de Dios con un pecador que se arrepiente. En segundo lugar deja en claro la contradicción humana: Casi con certeza, los que la querían apedrearla habían comprado sus servicios. cuando Jesús h