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Mostrando las entradas etiquetadas como Colaboración

Alabado sea Jesucristo…

Por la gracia de Dios Padre, el amor misericordioso del Hijo, y la luz del Espíritu Santo, hoy estamos regresando con "Pequeñas Semillitas" luego de un muy breve descanso, y lo hacemos con la indescriptible alegría de tener a la Iglesia de Cristo en manos de un nuevo Sumo Pontífice, elegido por el Colegio Cardenalicio en el Cónclave que finalizó ayer, 13 de marzo. Mi patria, Argentina, tan sufrida en los últimos años, ha recibido una inmensa bendición de Dios con la elección de un hombre de esta tierra para ocupar el timón de la barca de la Iglesia. Y ella –la Iglesia– sabrá de la grandeza de espíritu este pastor excepcional, que ha elegido como nombre Francisco, tan justo y adecuado para alguien tan austero y humilde como es el Cardenal Bergoglio, dignísimo de llevar el nombre del gran santo nacido en Asís. En 1965, un joven Jorge Mario Bergoglio ya había ingresado a la Compañía de Jesús, aun no era sacerdote (fue ordenado en 1969), era “maestrillo” en el Colegio de

Tema del día:Francisco I, el Papa argentino

El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, de 76 años,  ha sido elegido el Pontífice número 266 de la Iglesia Católica y se convierte en el primer jesuita de la historia en ocupar este puesto. El nombre elegido -Francisco I- es homenaje a Francisco de Asís. Bergoglio fue creado cardenal por Juan Pablo II en el consistorio del 21 de febrero de 2001, con el título de San Roberto Belarmino. Nacido en Buenos Aires pero con raíces italianas, estudió y se graduó como ingeniero químico, pero después eligió el sacerdocio y entró en el seminario de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958 se unió al noviciado de la Compañía de Jesús y posteriormente estudió humanidades en Chile.  En 1963, regresó a Buenos Aires y cuenta con una licenciatura en filosofía en la Facultad de Filosofía de la máxima colegio "San José San Miguel. Entre 1964 y 1965, fue profesor de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe en y ha impartido estos temas en el colegio d

Alabado sea Jesucristo

por María Amalia Aristu con Notas el viernes, 15 de marzo de 2013 a la(s) 11:24  Alabado sea Jesucristo…A medida que pasan las horas desde la elección del Papa Francisco, el mundo no termina de salir de su sorpresa, ya que a priori, el jesuita  argentino Cardenal Bergoglio no era de los considerados “candidatos”. Pero cabría preguntarse: ¿”Candidato” de quién...? De los supuestos entendidos, o vaticanistas, o como se les quiera llamar. Pero los cardenales electores, una vez más, sólo escucharon la voz del Espíritu Santo y nos han regalado un gran pastor que no tengo dudas sorprenderá al mundo y con el transcurrir de los días lo asombrará con su inteligencia, su humildad, su espiritualidad, su ardor evangélico y su calidad para conducir la Iglesia precisamente en tiempos de la Nueva Evangelización, haciéndola salir de sus aposentos tradicionales para hacia el mundo en busca de la gente.Y es nuestro compromiso, como miembros de esa Iglesia a la que pertenecemos activamente desde el

Tema del día:Francisco, quiero trabajar contigo

¿Quién eres tú, Francisco? ¿Por qué me sorprende tanto verte? ¿Por qué es tanta la expectativa a tu alrededor? ¿Qué es lo que vas a hacer? ¿Vas a trabajar? Todas las mañanas, cuando llevo a mi hermana a la escuela, rezamos un Padrenuestro y luego un Ave María. No conozco muchas más oraciones, y de hecho, son esas las que más nos gustan, por su sencillez y su universalidad. Las puede rezar cualquiera. Por eso, hoy que estaba en mi casa, viendo al nuevo Papa, sentí algo muy extraño cuando escogió rezar exactamente lo que yo, y millones de católicos rezamos a diario. Sentí algo muy extraño cuando me di cuenta que el nuevo Papa me estaba haciendo orar, no sólo gritar o vitorear su nombre. Sentí algo muy extraño cuando me pidió que yo, lo bendijera y pidiera por él, al igual que mis demás hermanos, antes incluso de darme la bendición. Sentí algo muy extraño al verlo salir sin tantos adornos, sencillo, con gestos no de celebridad, sino de siervo. Con una sonrisa que esconde tantos años d