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Mostrando entradas de septiembre, 2012

Reflexiones religiosas:

Hacia una renovación del corazón : (Pbro Aldo Ranieri; 02/08/2012) Figuras importantes de la sociedad de aquel tiempo (Mc: 7, 1-8. 14-15. 21-23) se acercan a Jesús: los escribas y los fariseos. Los primeros eran funcionarios del poder central de Jerusalem que cumplian el rol de custodios de la práctica de las tradiciones de parte de la gente de las pequeñas aldeas. Por eso hablan de: "...las tradiciones de los antepasados". Jesús estaba en Galilea, 150 Km al norte de Jerusalem, en Genesareth. Era evidentemente, una visita de control acerca del Maestro. Le ponen una cuestión crucial, hoy todavía, para el judaismo: Los discípulos de Jesús no procedían de acuerdo con la tradición de los antepasados por comer con las manos impuras. Marcos añade: "Es decir no lavadas"; nosotros hoy diríamos "sucias". Es un problema de higiene, pero para el AT "la impureza" era cosa seria, como dice Pedro en Act: 10, 9-17. 28. e5ra una categoría ritual-social m

Reflexiones religiosas:

Recibieron la paz la comunidad de un solo corazón y alma : Pbro Aldo Ranieri. (15/04/2012) La 1ª lectura pertenece a un grupo de 3 textos parecidos (Act: 2, 42-47; 4, 32-35; 5, 12-16). Se los suele indicar como "resúmenes" del modo de vida de la comunidad cristiana primitiva. Entre las palabras que se repiten, encontramos "señales y prodigios" de los apóstoles, y un solo corazón y una sola alma", o algo parecido. Los significados de "corazón" y "alma" a veces se enciman (Lc: 2, 35), pero hay cierta diferencia: "corazón" indicaría el interior del hombre, el lugar en donde decide si jugarse la vida según Dios o no; "alma" es el conjunto de las energías que se despliegan en realizar lo que Dios pide. Después de la Pascua, Jesús resucitado se hizo ver sólo por sus apóstoles y discípulos. Para todos los demás, el cuerpo resucitado de Jesús se revelaría en la comunidad de los creyentes y en el modo de vida adoptad

Reflexiones religiosas:

Se escuchó la voz del Padre : Pbro Aldo Ranieri, (04/03/2012) El acontecimiento narrado es tan escalofriante que el autor antes de empezar la narrración (Gn: 22, 1-2. 9-13. 15-18), advierte al lector que se trata de una prueba: El niño no morirá. El resultado es que el autor del relato y el lector Saben una cosa que Abraham no sabe: que es una prueba. No es indiferente, ya que nace el ineterés del lector: ¿Que hará el patriarca? Podría salvar al hijo, abandonando su compromiso conn Dios; o podría obedecer y después odiar a Dios para siempre; podría llevar el mandamiento, para después suicidarse sobre el cadaver del hijo; o también podría dar fe a Dios sabiendo que si le dió un hijo en la ancianidad, sería capaz de darle otro más. Sí, pero el nuevo hijo no sería jamás Isaac, su único hijo, a quien había esperado con un amor sin límites y que ahora amaba más que a sí mismo., Abraham ya no hubiera podido vivir sin Isaac, e hizo entonces lo más simple y lo más dificil, entregó a su

Reflexiones religiosas:

Un templo hecho en tres días : Pbro Aldo Ranieri (11/03/2012) En la liturgia de hoy, hay 2 niveles de comunicación. El evangelista a veces narra lo acontecido (Jn: 2, 12-20), otras veces hbla directamente al lector (Jn: 2, 21-25). El primer nivel es el relato del rechazo, por parte de Jesús, en el templo de Jerusalem. A este rechazo, juan lo llama "señal". El segundo es la interpretación de esta "señal" de Jesús para la comunidad cristiana naci-da de la Pascua y de Pentecostés. La palabra "señal" aquí indicaría, la acción de Jesús que echa a latigazos a todo ese mundo de comerciantes religiosos, que habían transformado lo sagrado en un espacio lucrativo. En efecto, el templo se había vuelto una gran empresa financiera que daba buenos dividendos para el Sumo Sacerdote y sus ministros. Éstos perciben inmedia-tamente la amenaza y piden por la autoridad que avala tal acción: "¿que señal nos muestras para obrar así?". Jesúsles contestas con ot

COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

www.vatican.va VI. SOLIDARIDAD ENTRE LOS TRABAJADORES a) La importancia de los sindicatos 305 El Magisterio reconoce la función fundamental desarrollada por los sindicatos de trabajadores, cuya razón de ser consiste en el derecho de los trabajadores a formar asociaciones o uniones para defender los intereses vitales de los hombres empleados en las diversas profesiones. Los sindicatos « se han desarrollado sobre la base de la lucha de los trabajadores, del mundo del trabajo y, ante todo, de lo trabajadores industriales para la tutela de sus justos derechos frente a los empresarios y a los propietarios de los medios de producción ».667 Las organizaciones sindicales, buscando su fin específico al servicio del bien común, son un factor constructivo de orden social y de solidaridad y, por ello, un elemento indispensable de la vida social. El reconocimiento de los derechos del trabajo ha sido desde siempre un problema de difícil solución, porque se realiza en el marco de pro

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www.vatican.va       IV. EL DERECHO AL TRABAJO a) El trabajo es necesario 287 El trabajo es un derecho fundamental y un bien para el hombre: 619 un bien útil, digno de él, porque es idóneo para expresar y acrecentar la dignidad humana. La Iglesia enseña el valor del trabajo no sólo porque es siempre personal, sino también por el carácter de necesidad.620 El trabajo es necesario para formar y mantener una familia,621 adquirir el derecho a la propiedad 622 y contribuir al bien común de la familia humana.623 La consideración de las implicaciones morales que la cuestión del trabajo comporta en la vida social, lleva a la Iglesia a indicar la desocupación como una « verdadera calamidad social »,624 sobre todo en relación con las jóvenes generaciones. 288 El trabajo es un bien de todos, que debe estar disponible para todos aquellos capaces de él. La « plena ocupación » es, por tanto, un objetivo obligado para todo ordenamiento económico orientado a la justicia y al

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www.vatican.va   CAPÍTULO SEXTO: EL TRABAJO HUMANO I. ASPECTOS BÍBLICOS a) La tarea de cultivar y custodiar la tierra 255 El Antiguo Testamento presenta a Dios como Creador omnipotente (cf. Gn 2,2; Jb 38-41; Sal 104; Sal 147), que plasma al hombre a su imagen y lo invita a trabajar la tierra (cf. Gn 2,5-6), y a custodiar el jardín del Edén en donde lo ha puesto (cf. Gn 2,15). Dios confía a la primera pareja humana la tarea de someter la tierra y de dominar todo ser viviente (cf. Gn 1,28). El dominio del hombre sobre los demás seres vivos, sin embargo, no debe ser despótico e irracional; al contrario, él debe « cultivar y custodiar » (cf. Gn 2,15) los bienes creados por Dios: bienes que el hombre no ha creado sino que ha recibido como un don precioso, confiado a su responsabilidad por el Creador. Cultivar la tierra significa no abandonarla a sí misma; dominarla es tener cuidado de ella, así como un rey sabio cuida de su pueblo y un pastor de su grey. En el de