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REFLEXIONES RELIGIOSAS

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La fiesta judía de Pentecostés era una celebración agrícola que conmemoraba el término del ciclo de la cosecha. Esta se celebraba 50 días después de la Pascua y estaba asociada al don de la ley en el Sinaí, simbolizando que la liberación de Egipto iba encaminada a salvaguardar dicha libertad por mediación del cumplimiento de la ley. Para los cristianos, la mediación de la ley mosaica queda superada por la ley del Espíritu, es decir por la renovación interior. El comienzo de la vida cristiana no es resultado de la buena voluntad del creyente. El movimiento decisivo lo cumple Dios, que a través de su gracia, renueva el corazón de la persona. Confesarse necesitado de salvación parece desusado en una sociedad ufana de sus conquistas, segura de sus terapias y liberada demasiado rápido de la conciencia de ser pecadora. La oferta de salvación no se impone a nadie. Quien la valore, la podrá buscar y acoger con apertura de corazón. REFLEXION Evang

REFLEXIONES RELIGIOSAS

El Espíritu nos hace vencer el miedo : Pbro. Aderico Dolzani, ssp. Jesús exhala el Espíritu Santo sobre los apóstoles el día de Pentecostés, fiesta en que el pueblo de Israel celebra la promulgación de la Ley en el monte Sinaí,  cuando todas las tribus se reúnen para formar un solo pueblo. Este signo profético del Antiguo Testamento es llevado a la perfección por el Señor Jesús resucitado, cuando, en el día de Pentecostés, probablemente en el año 33 de nuestra era, hace nacer la Iglesia como nuevo pueblo de Dios para cobijar a todas las naciones y pueblos de la tierra, sin ninguna exclusión. Los discípulos experimentan la alegría de ver al Señor resucitado. No obstante, eso no basta para vencer el miedo, ya que aún viven encerrados. No tienen la fortaleza necesaria para superar los días de la Pasión. Jesús se presenta en medio de ellos, en un lugar donde se han refugiado con las puertas cerradas. Muestra los signos de su pasión, las llagas visibles en sus manos y en su costado

BIBLIA Y ORIENTE ANTIGUO

CUARESMA. ORACIÓN BÍBLICA PARA LA CUARESMA Y LA SEMANA SANTA Francesc Ramis Darder La oración es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre. Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de El (S. Agustín). Metodología para la oración: 1. Comencemos haciendo unos momentos de silencio. Pacifiquémonos. Sintámonos bien con nosotros mismos, en silencio, en paz. 2. Observemos nuestra vida. Aquellas situaciones que nos alegran, y también aquellas que nos provocan angustia y dolor. 3. Leamos algún texto de la Sagrada Escritura (en estas hojas tenemos un conjunto de citas tomadas de la Biblia). Elijamos una cada día de la Cuaresma y de la Semana Santa. Leámoslo despacio. Fijémonos en alguna palabra o en alguna frase que pueda iluminar nuestra vida. 4. En nuestro interior vayamos repitiendo lentamente esta palabra o esta frase. 5. Apliquemos esta palabra o esta frase a la situación de nuestra vida que antes hemos contemplado. Pidamos a Dios que nuestro actuar vaya en

BIBLIA Y ORIENTE ANTIGUO

ESPIRITUALIDAD DE LA CUARESMA : Francesc Ramis Darder Cuando las mujeres entraron en el sepulcro vieron a un joven vestido de blanco que les dijo: “Buscáis a Jesús de Nazaret, el crucificado: ha resucitado, no está aquí” (Mc 16,6). La resurrección del Señor es el hecho capital de la fe; como decía el apóstol Pablo, si Cristo no ha resucitado, nuestra fe es ilusoria (1Cor 15,17). La centralidad de la resurrección provoca que la Cuaresma sea tiempo de disponer la vida para celebrar con profundidad la Pascua. Los cuarenta días de la Cuaresma evocan los cuarenta años en que Israel peregrinó por el desierto hacia la tierra prometida o los cuarenta días que Jesús pasó en el desierto antes de iniciar la predicación del Reino de Dios (Nm 14,34; Mt 4,1-11); desde este ángulo, la Cuaresma es tiempo de preparación para el suceso que transforma la vida: el encuentro personal con el Resucitado. La preparación para el acontecimiento esencial requiere esfuerzo, y este esfuerzo se llama

BIBLIA Y ORIENTE ANTIGUO

LAS HISTORIAS PATRIARCALES Gn 12-50: Francesc Ramis Darder Dios llamó a Abrán y le encaminó hacia Canaán con la promesa de convertirle en un gran pueblo (Gen 12, 1-6). Abrán y Saray, su esposa, no tenían hijos; por eso, y siguiendo una costumbre antigua, Saray entregó a Abrán a su esclava Agar que concibió a Ismael (16). Más adelante el Señor estableció una alianza con Abrán, significada por la promesa de tierra y la descendencia. La alianza se exterioriza con la circuncisión y el cambio de nombre, Abrán y Saray se llamarán Abrahán y Sara. Abrahán y Sara concibieron a Isaac. Entonces Sara sintió celos de Ismael. Abrahán, instigado por su esposa, expulsó a Agar y a su hijo, pero el Señor se apiadó y convirtió a Ismael en un gran pueblo (21). A la muerte de Sara, Abrahán compra la cueva de Macpelá para sepultarla (23), donde también él será enterrado (25, 9). La promesa divina comienza a cumplirse: Isaac inicia la descendencia y la adquisición de la sepultura inaugura la posesi

Nefilim:

Advertencia: este artículo es estrictamente informativo no de obligatoria creencia; ya que el Vaticano determinó que la existencia de Lucifer y los nephilim no encuadra como artículo de fe, quedando al arbitrio personal de cada uno, en lo particular aunque creo que existan fuerzas malignas no creo en el demonio, y si realmente existiera yo no podría creer en él por ser un ser maléfico, predestinado por su propia voluntad a hacer el mal, pero sí creo fervientemente en la tendencia humana en hacer el mal como el bien, y el libre albedrío de elegir cuál de los 2 caminos elegir. En este artículo en particular tengan muchísimo cuidado en como lo toman ya que bien podrían desviarlos de la verdadera fe. La Iglesia católica. Nefilim : Opinión de la Iglesia Ortodoxa Etíope : El Libro de Enoc forma parte del canon de la Iglesia ortodoxa etíope. En el libro, al hacer referencia a los Grigori (los padres de los Nefilim según el Libro de Enoc), los describe como ángeles, y no como

I Catequesis del Credo

I Catequesis 2. Conocimiento racional de Dios 20.03.85 1. Concentrémosnos todavía un poco sobre el sujeto de la fe: sobre el hombre que dice "creo" respondiendo de este modo a Dios que "en su bondad y sabiduría" ha querido "revelarse al hombre". Antes de pronunciar su ´creo´, el hombre posee ya algún concepto de Dios que obtiene con el esfuerzo de la propia inteligencia. Al tratar de la revelación divina, la Constitución Dei Verbum recuerda este hecho con las siguientes palabras: ´El Santo Sínodo profesa que el hombre puede conocer ciertamente a Dios con la razón natural por medio de las cosas creadas´ (Dei Verbum, 6). El Vaticano II se remite aquí a la doctrina expuesta con amplitud por el Concilio anterior, el Vaticano I. Es la misma de toda la Tradición doctrinal de la Iglesia que hunde sus raíces en la Sagrada Escritura, en el Antiguo y Nuevo Testamento. 2. Un texto clásico sobre el tema de la posibilidad de conocer a Dios -en primer lug