1 Cor: 1, 26-31
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: San pablo nos habla de cómo es Dios y cuales son sus preferencias. Él no elige lo resplandeciente o espectacular, porque su corazón se complace en los humildes y pequeños, en los que aparecen despreciados a los ojos del mundo. Esas personas deben ser también las que tengan un lugar privilegiado en nuestras comunidades3. Es interesante resaltar la insistencia de Pablo en poner de relieve en estos versículos (26, 29), por una parte, la iniciativa de la elección de Dios, repitiendo cuatro veces el término <<elegir>> o <<llamar>>, y por otra, la condición socialo de los destinatarios de su elección: Los locos del mundo, los plebeyos, los débiles, los despreciados, los que nada son. Ellos serán, sigue afirmando Pablo, los que humillarán lo dice dos veces- a los sabios y poderosos y anularán a los que se creen algo. Esta iniciativa de salvación de Dios, absolutamente sorprendente, se hace realidad en Jesús que comunica a los suyos, los débiles de este mundo, la sabiduría, la justicia, la consagración y el rescate. Estas expresiones densas de teología paulina, podrían resumirse en una palabra: <<Liberación>>, comenzando aquí y ahora. En definitiva, Pablo no hace sino presentar a los corintios -y a nosotros- el proyecto que Jesús anunció en la sinagoga de Nazareth (cfr. Lc: 4,, 14-21). Pablo escribe con la pasión y la lúcida percepción de quien ha comprendido la esencia del Evangelio, es decir, la <<memoria>> de Jesús, que el Apóstol quiere dejar clara para la Iglesia de Corinto yn para quienes leemos hoy su carta2.
Referencias
:
1 Carlos Mesters, Travesía, Ed. C. Bíblico Ecuménico
2 la Biblia de nuestro Pueblo; Luis Alonzo Schökel
3 La liturgia cotidiana; Sept 2012 Ed. San Pablo. Arg.
4 Mateo Bautista, Comentarios Bíblicos Dominicales, Ciclo B, 1ª Edición, San Pablo 2011
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