Advertencia: este
artículo es estrictamente informativo y no de obligatoria creencia; ya que el
Vaticano determinó que la existencia de Lucifer no encuadra como artículo de fe,
quedando al arbitrio personal de cada uno, en lo particular aunque creo que
existan fuerzas malignas no creo en el demonio, y si realmente existiera yo no
podría creer en él por ser un ser maléfico, predestinado por su propia voluntad
a hacer el mal, pero sí creo fervientemente en la tendencia humana en hacer el
mal como el bien, y el libre albedrío de elegir cuál de los 2 caminos elegir.
Satanás:
Satanás
o Satán es el término con que las religiones abrahámicas designan a una entidad
suprasensible que representa la encarnación suprema del mal, personificada en
el ángel caído que desobedeció y se rebeló contra los mandatos de Dios, en el
caso de la religión cristiana, y en el caso de la religión musulmana Satán puede
ser, tanto un genio o yinn que desobedece las órdenes de Allah, como una
persona que se realiza actos de rebeldía en contra de la palabra de Allah.
Etimología:
El nombre Satanás -o Satán- deriva del latín Satāna, y éste a su vez del arameo
הַשָּׂטָן, ha-shatán,
«adversario, enemigo, acusador». Aunque luego se le menciona como un espía
errante de Dios sobre la Tierra, el sentido primario, de la raíz שטן (štn,
«impedir, hostigar, oponerse»), sería simplemente el de «enemigo». Descripción
e historia del término Satán: En el libro de Números se llama Shatan (en el
sentido de 'adversario', 'oponente'), al mensajero-ángel que Yahveh envía para
impedir que Balaam maldiga al pueblo de Israel (Núm. 22:22-32).
El
término Shatan también entra en la vida jurídica israelita, y alcanza el
sentido de 'acusador delante del tribunal' (Salmos 109:6), (Zacarías 3:1) y el
término shitna, derivado de la misma raíz, es la "acusación". Satán,
como un ser que incita al pecado, que a la vez es sinónimo de perdición,
destrucción, malicia, y búsqueda del mal por parte de los hombres aparece en el
Antiguo Testamento varias veces (1Cronicas 21:1), en el segundo caso de manera
más clara. También se menciona en (Job 1:6-9), (Job 1:12) y en otros
versículos.
Tras
la aparición del Cristianismo y los Evangelios se le otorga al término un
carácter personal como enemigo de Cristo, también como un anticristo (Juan
1:18-29), especialmente en los relatos de las tentaciones (Marcos 1:12-13),
(Mateo 4:1-11), (Lucas 4:1-13) y los exorcismos llevados a cabo por Jesús de
Nazaret (Marcos 3:22-27), (Mateo 12:22-30), (Lucas 11:14-23). Queda así fijada
la figura del Maligno para la doctrina cristiana. En lengua árabe se le llama
Shaytan, que también significa serpiente.
Su
equivalente en griego es diábolos Diablo, procedente del verbo diaballö, y
posee un significado semejante de ‘oposición’ o ‘enfrentamiento’. En (1Mac.
1,36) (texto griego) encontramos la palabra diábolos con el significado de
‘adversario', como 'el enemigo'. También en algunas ocasiones incluye el
sentido de ‘acusador’ o el de ‘calumniador’.
En
principio, conviene aclarar que el judaísmo no identificaba a Satanás con el
demonio Lucifer. En los documentos no canónicos del Antiguo Testamento, Satán
es llamado frecuentemente Belial; igualmente la mención y definición del
oponente del Dios Yahveh, puede encontrarse en la Biblia; en la que se
mencionan los términos Beelzebú (Marcos 3:20-30). Del mismo modo, algunos
sugieren que los nombres Semyazza y Azazel serían otros nombres para Satán. En
relación a ello, también se postula que los diferentes nombres describirían a
diferentes adversarios de Dios.
En
el Nuevo Testamento, en cambio, Satán y Lucifer aparecen amalgamados en la
figura del Diablo. Muchos especialistas deducen que el Diablo (el Maligno) es
el "genio inspirador" de la famosa Bestia del Apocalipsis de San
Juan. Sin embargo también hay tradiciones que aún los nombran como entidades
diferentes, indicando que Lucifer, Satán y Belcebú conforman el triunvirato que
gobierna al Infierno y sus legiones.
La
Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en su doctrina describe
a Satanás como opositor al plan de salvación de Dios el Padre, desechado
después de un concilio y batalla entre los partidarios del plan propuesto por
Jehovah y el que habría propuesto Satanás. Satán fue expulsado con un tercio de
sus huestes a la Tierra en forma de espíritus desincorporados y vaga desde
entonces con ellos tentando a cuanto ser mortal sea afín y proclive a provocar
la miseria humana. Las huestes de Satanás, al quedar privadas de un cuerpo
terrenal, buscan ocupar cuerpos ávidamente, corrompiendo al espíritu humano,
causando el estado de "hombre caído".
Satanás
como sinónimo de Lucifer: En la tradición de la Iglesia Católica y otras
iglesias cristianas señala que Satán es sinónimo de Lucifer. El nombre Lucifer
sería lo que en una época habría sido el nombre que recibió de Dios en persona.
Antaño
a la rebelión, Lucifer estaba por encima de todas las categorías de los
ángeles, ya que era el más hermoso de todos. El término "Lucifer"
(Luzbel) significa "Portador de luz". Pero desde que se puso en
contra de Dios, su nombre fue cambiado a Satán (adversario).
La
caída de Lucifer: Lucifer (del hebreo "HEYLEL" en latín
"Portador de luz") era el ángel más hermoso de todos, antes de caer
era el querubín protector, músico, se cree que era el director de las alabanzas
a Dios. Su posición era la más encumbrada de todos los seres angelicales que
Dios creó. En Apocalipsis 12:4 se habla de un gran dragón rojo que arrastró la
tercera parte de las estrellas del cielo (interpretadas como los mismos ángeles
rebeldes que combatieron con Miguel y sus ángeles). Pero no prevalecieron,
fueron echados del Cielo y arrojados a la Tierra.3
En
el Antiguo Testamento hay dos pasajes que relataban la caída de un rey
arrogante, pero los Padres de la Iglesia vieron en ellas la caída del Diablo:
"¡Cómo
has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! ¡Has sido abatido a la
tierra dominador de naciones! Tú que dijiste en tu corazón: 'Al cielo subiré,
por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte
de la Reunión en el extremo Norte. Subiré a las alturas del nublado, y seré
como el Altísimo." Is. 14, 12-14
"Así
dice el Señor Yahveh: Eras el sello de una obra maestra, lleno de sabiduría,
acabado en belleza. En Edén estabas, en el jardín de Dios. Toda suerte de
piedras preciosas formaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra
de ónice, jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro estaban labrados los
aretes y pinjantes que llevabas, aderezados desde el día de tu creación.
Querubín protector de alas desplegadas te había hecho yo, estabas en el monte
santo de Dios, caminabas entre piedras de fuego. Fuiste perfecto en su conducta
desde el día de tu creación, hasta el día en que se halló en ti iniquidad. Por
la amplitud de tu comercio se ha llenado tu interior de violencia, y has
pecado. Y yo te he degradado del monte de Dios, y te he eliminado, querubín
protector, de en medio de las piedras de fuego. Tu corazón se ha pagado de tu
belleza, has corrompido tu sabiduría por causa de tu esplendor. Yo te he
precipitado en tierra, te he expuesto como espectáculo a los reyes. Por la
multitud de tus culpas por la inmoralidad de tu comercio, has profanado tus santuarios.
Y yo he sacado de ti mismo el fuego que te ha devorado; te he reducido a ceniza
sobre la tierra, a los ojos de todos los que te miraban. Todos los pueblos que
te conocían están pasmados por ti. Eres un objeto de espanto, y has
desaparecido para siempre."
Ez.
28, 12-19
Es
un mensaje profético en lenguaje poético, que está dirigido tanto al rey de la
dinastía de Hiram el rey de Sidón/Tiro, como a su mentor: Satán. Así, el
capítulo 28 de Ezequiel claramente está prologado con la frase:
"...Di
al soberano de Tiro que así ha dicho el Señor Elohim: ..." Ez. 28:2
Pero
al mismo tiempo se dice: "En Edén estabas, en el jardín de Dios..."
Un
poco más adelante el destinatario del mensaje es reiterado:
"...Entona
un lamento por el rey de Tiro, y dile que así ha dicho el Señor Elohim..."
Ez. 28:12
Pero
asimismo se indica: "Querubín protector, de en medio de las piedras de
fuego..."
En
el Nuevo Testamento se presume que Jesucristo hace una pequeñísima mención de
este relato, cuando les dice a sus discípulos:
"Yo
veía a Lucifer caer del Cielo como un rayo". Lc.10, 18
El
término hebreo "Satán" aparece traducido muchas veces en múltiples
versiones antiguas y modernas de la Biblia.
Números
22:22 En este versículo el ángel de Dios es un adversario (hebreo satán) para
Balaam, poniéndose en el camino para impedir que Balaam salga a maldecir al
pueblo de Israel.
Números
22:32 La frase "yo he salido para resistirte" es la traducción al
castellano de una frase hebrea que dice literalmente, "yo he salido como
adversario (satán) tuyo." Nuevamente, el adversario en referencia es el
ángel de Dios. En estos dos casos, el satán o adversario a que se refiere es el
mismo ángel de Dios, por lo que se puede ver claramente que la palabra satán no
se refiere necesariamente a un ser maligno o malvado. El ángel de Dios fue un
satán para Balaam simplemente porque se opuso a que fuera con los embajadores
de Balac.
1
Samuel 29:4 Los filisteos temen que David se les vuelva enemigo (hebreo satán)
si sale a la guerra con ellos.
2
Samuel 19:22 David dice que los hijos de su hermana Sarvia (Joab y Abisai) le
son adversarios (hebreo satán) porque quieren dar muerte a Simei, mientras que
David ha decidido perdonarlo.
1
Reyes 5:4 Salomón dice que no hay adversarios (hebreo satán), es decir, que
está en paz con las naciones circunvecinas.
1
Reyes 11:14 Hadad edomita es un adversario (hebreo satán) de Salomón.
(2
veces)1 Reyes 11:23 y 11:25 Rezón hijo de Eliada es otro adversario (hebreo
satán) de Salomón.
Salmos
38:20 David dice que los que le pagan mal por bien le son contrarios (hebreo
satán).
Salmos
71:13 David desea que perezcan sus adversarios (hebreo satán).
Salmos
109:4 David se queja de sus adversarios (hebreo satán).
(2
veces) Salmos 109:20 y 29 David se queja nuevamente de los que lo calumnian
(hebreo satán).
Zacarías
3:1 El verbo acusar se corresponde con la palabra hebrea satán
Algunos
estudios sociológicos sugieren que la simbología de Satanás es clara a grandes
rasgos; representar el temor arcaico a la muerte del hijo, un valor cultural
presente en la mayoría de las sociedades europeas. De alguna u otra forma, la
rebelión de Lucifer exhibe no sólo la clemencia de Dios (padre) sobre su primer
creación (hijo), sino que además ejemplifica las fronteras del intercambio
intertribal las cuales movilizan y sustentan el orden económico. Utilizando las
contribuciones de los padres de la antropología como ser B. Malinowski, M.
Mauss y M. Sahlins entre otros, Maximiliano E Korstanje establece que existen
dos tipos de solidaridades en las comunidades sedentarias: las que dan la vida
y las que la quitan. La comunidad organiza todas sus formas de solidaridad en
cuanto a la división de géneros. Los grupos dotados para dar vida, por ejemplo
la mujer, en raras ocasiones se la licencia para quitarla, a la vez que los
hombres, facultados para matar, expropiar y hacer la guerra pocas veces tienen
reservado el derecho de crianza de los niños. Una de las particularidades de la
caída de Lucifer, es que a diferencia de otras mitologías, al rebelde se le
perdona su vida. Las estructuras semíticas prohíben que los circuitos de la
vida y la muerte se mezclen. Por ese motivo, "quien da la vida, en este
caso Dios, no puede arrebatarla aun cuando su honor esté en juego".
Lucifer carga sobre sí toda la expectativa de aquello que por norma es probable
(la extinción de la progenie). Lo que subyace, sin lugar a dudas, es un temor
manifiesto a la muerte del hijo. Según el especialista, este es uno de los
terrores más difundidos y reales en la vida cultural moderna. La figura del mal
es precisamente la simbolización de una amenaza que puede atentar contra las
formas productivas de una comunidad.
Satanás
según los exorcistas: Según exorcistas, como el Padre Gabriele Amorth o el
Padre José Antonio Fortea Cucurull, Lucifer y Satanás son dos demonios
distintos. Lucifer era el ángel más alto, la mayor obra de Dios, antes de su
caída, pero tras ésta quedó en segundo lugar después de Satán. Satán es el más
maligno de los demonios, que supera en maldad a Lucifer.
FUENTES:
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