Yo quisiera en esta navidad poder armar un árbol dentro de mi corazón y en él colgar en lugar de regalos, los nombre s de mis amigos, los que viven cerca, y los que viven lejos, los antiguos, y los más recientes los que veo todos los días y los que rara vez veo los que siempre recuerdo, y los que a veces olvido los de las horas difíciles, y los de las horas alegres los que conozco profundamente, y los que conozco superficialmente los que me deben, y a los que debo. mis amigos humildes, y mis amigos importantes los que me enseñaron, y los que se dejaron enseñar por mí. Un árbol de raíces muy profundas para que sus nombres nunca sean arrancados de mi corazón, y ramas largas para que nuevos nombres, venidos de todas partes, se unan a los existentes. de sombras muy agradable para que nuestra amistad sea un momento de reposo en la lucha de la vida que el Espíritu de la Navidad haga de cada arma una flor. De cada lágrima una sonris...
"Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes y serán mis testigos" Act: 1, 5-8. El Espíritu Santo hace misioneros con el testimonio y con la palabra. Somos elegidos de Dios para llevar su "anuncio" hasta los confines de la tierra. Es una elección personal y un envío intransferible.