Advertencia: este
artículo es estrictamente informativo no de obligatoria creencia; ya que el
Vaticano determinó que la existencia de Lucifer y los nephilim no encuadra como
artículo de fe, quedando al arbitrio personal de cada uno, en lo particular
aunque creo que existan fuerzas malignas no creo en el demonio, y si realmente
existiera yo no podría creer en él por ser un ser maléfico, predestinado por su
propia voluntad a hacer el mal, pero sí creo fervientemente en la tendencia
humana en hacer el mal como el bien, y el libre albedrío de elegir cuál de los
2 caminos elegir. En este artículo en particular tengan muchísimo cuidado en
como lo toman ya que bien podrían desviarlos de la verdadera fe. La Iglesia
católica.
Nefilim:
Libro de los Jubileos: (de la
biblia etíope), complementa la historia presentada en el Libro de Enoc. Los
Nefilim después del Diluvio: Nefilim en los textos bíblicos: El término además
del Génesis, vuelve a utilizarse para designar a una raza de gigantes en:
Números:
"Cuando Moisés envió a los espías a la tierra de Canaán, regresaron con la
noticia de que allí habitaban gigantes" (Núm. 13:33). También vimos allí
gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes: y éramos nosotros, a nuestro
parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos. (Reina Valera 1909)
Deuteronomio:
"Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande y numeroso, y alto como
los hijos de Anac. Por gigantes eran ellos tenidos también, como los hijos de
Anac; y los moabitas los llaman emitas. Porque únicamente Og rey de Basán había
quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en
Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura
de cuatro codos, según el codo de un hombre". (Deuteronomio 2:10, 2:11,
3:11)
Eclesiástico:
(un libro deuterocanonico) "¿Acaso, siendo joven (David), no mató a un
gigante y extirpó el oprobio del pueblo, cuando lanzó una piedra con la honda y
abatió la arrogancia de Goliat?" (Eclesiástico. 47:4)
Baruc (un libro deuterocanonico):
"Allí nacieron los famosos gigantes de los primeros tiempos, de gran
estatura y expertos en la guerra. Pero no fue a ellos a quienes Dios eligió y
les dio el camino de la ciencia; ellos perecieron por su falta de
discernimiento, perecieron por su insensatez". (Baruc 3:26, 3:27 ,3:28)
Libro de la Sabiduría: (un
libro Deuterocanónico de la Biblia) "Así también, al comienzo, cuando murieron
los orgullosos gigantes, la esperanza del mundo se refugió en una balsa (Arca
de Noé) que, conducida por tu mano (Yahwéh), dejó al mundo la semilla de una
nueva humanidad". (Sabiduría 14:6)
Pueblos Nefilim: En la
Biblia solo un mal informe deliberadamente exagerado compara a los habitantes
de Canaán a Néfilim. (Números 13:33). En la Septuaginta los Anakim (anaquitas),
Refaim (refaitas), Gibborim, Zamzummim, y Emim (emitas), son todos patronimios
que, por ser referidos a pueblos de gran talla, se traducen por
"gigantes".
Refaitas: Se
habla de ellos como de una antigua tribu cananea, que vivía en las colinas de
Judá y en la llanura filistea (Hebrón, Debir, Anab, Gaza, Gath, Ashdod). Habitantes
originales de Canaán, ocupaban el Líbano y el área del Monte Hermón, se
separaron al norte de la costa de Siria y Transjordania donde construyeron una
cadena de ciudades fortificadas. Vivían en la región que más tarde ocuparon los
moabitas y los amonitas, los primeros les llamaron emitas, y los segundos les
llamaban zomzomeos.
En
la época patriarcal, el rey Quedorlaomer y sus aliados los subyugaron cuando
invadieron Transjordania.5 En la parte occidental de Palestina, se aliaron y
entrecruzaron con los Caftorim, que habían venido desde Creta y se
establecieron en las áreas costeras, siendo conocidos como filisteos y
fenicios. En el relato bíblico en el que "Israel derrota a Og rey de
Basán", se señala que luego de la campaña por diferentes territorios. Porque
únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama,
una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella
es de 9 codos, y su anchura de 4 codos, según el codo de un hombre. (Deutoronomio
3,11)
El
filisteo Goliat, habría sido refaíta y medía seis codos y un palmo de estatura
(cerca 2,9 m), su hermano fue un gigante que se llamó Lahmi ("de pan"
o bien "de Lahmu").
Anaquitas:
El nombre (anak = gigante) se explica en el Midrash con una indicación de que
llevaban cadenas al cuello.7 Anac, era hijo de un Refaíta, probablemente hijo
de Arba, y sus hijos fueron Sesai, Aiman, y Talmai, cabezas de los clanes
arameos. Estos nombres parecen ser arameos, pero su significado no es claro.
Los Anakim fueron vencidos por Caleb.
Emitas: Cuando
Yahveh da la tierra de Moab, a los hijos de Lot, se dice que esa tierra había
sido habitada por los emitas, pueblo grande, numeroso y corpulento como los
anaquitas' en tiempo aquellos.
Interpretación
según religiones: En el judaísmo: El filósofo judío helenístico Filón de
Alejandría siguió a los Setenta al comentar sobre el pasaje de Génesis 6:410
El
judío Trifón se opuso a la idea de que los ángeles podían casarse. El rabino
Shimon bar Yojai maldijo a todos los judíos que dicen que los "hijos de
Dios" eran ángeles. Según la visión judía tradicional, los nefilim antes
del diluvio y después del diluvio fueron hombres. Ésta era la opinión también
de Rashi y Najmánides. Aun así, sectores más bien seculares dentro del judaísmo
admite el origen politeísta de relatos reflejados en el Génesis:
La
Enciclopedia Judaica castellana define el término Néfilim como: “Nefilim,
ángeles caídos, identificados con los gigantes que eran progenie de los hijos
de Dios y de mujeres terrestres (Gen. 6:1-4). Según el Talmud, el nombre
nefilim proviene de nafal (caer). Los apócrifos y seudoepígrafes,
particularmente Enoc y Jubileos, contienen muchos detalles sobre los nefilim e
indican como nombres de sus jefes Azazel, Semiasa y Satanael. Son maestros en
magia negra, que enseñan a las mujeres, y tratan de seducirlas. También son
hábiles artífices”.
Esta
misma enciclopedia también aplica el concepto de “Ángeles” en Génesis 6:4 como:
“Hijos de Dios (Gen. 6, 4)… Las menciones más antiguas que el Pentateuco hace
de los ángeles son sin duda restos de relatos de una época politeísta. Así, la
unión de los hijos de Dios con las hijas de los hombres en el Génesis.
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