“Pedid y se os dará”
Reflexión: (Mt 7,7-12) Este tiempo
de cuaresma es un tiempo muy propicio para intensificar nuestra oración. Y
tenemos la promesa de Jesús de que el Padre nos escuchará y nos abrirá las
puertas. Es muy bueno que recemos algunas devociones como el Santo Rosario y
otras; pero no tenemos que descuidar la oración personal con Jesús en el
Sagrario. Debemos hacer el propósito en esta cuaresma de estar todos los días
por lo menos unos quince minutos frente al Sagrario de la Iglesia, donde está
Jesús Sacramentado esperándonos para darnos muchísimos dones y gracias. En ese
ratito tratemos con Él como con nuestro mejor Amigo. Él nos está esperando día
y noche oculto en la Eucaristía. Pidan, busquen y llamen: Eso nos aconseja hoy
Jesús. Si eso hacemos se nos dará, encontraremos y se nos abrirá. No nos
cansemos de pedir, de buscar y de llamar. No son necesarias muchas palabras. Es
suficiente la actitud constante de apertura a la verdad del Evangelio; es
suficiente comportarse de modo tal que nuestros actos nos acerquen al Reino de
Dios y su justicia. No se trata de hablar, se trata de hacer y mantener una
actitud de sencillez y humildad ante Dios y los hombres: Es esa misma actitud
la que llama, pide y busca. Las palabras, en este caso, no son necesarias. Pero
debemos tener cuidado y ser inteligentes para el bien: Antes que nada debemos
tener claro qué necesitamos pedir, donde debemos buscar y a quién debemos
llamar. Leer el comentario del Evangelio por: San Agustín (354-430), obispo de
Hipona (Norte de África) y doctor de la Iglesia Discurso sobre los salmos, Sal.
37 (trad. breviario 3º viernes Adviento).
FUENTES:
La liturgia cotidiana
Ed. Santa María
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