Jesús
toma de la mano y salva P. Aldo Ranieri
El
domingo pasado encontramos un “espíritu inmundo” en la sinagoga; hoy lo
encontramos, bajo la figura de “fiebre”, en la casa misma de Pedro. La capilla
y la casa: dos ámbitos cotidianos de la vida del creyente, que pueden también
ser el lugar de una presencia indeseable. Para librarse de ella otra presencia
es necesaria, la de Jesús. En la sinagoga el “espíritu impuro” era la ideología
de los escribas; ¿qué significará, ahora, la “fiebre” de la suegra de Pedro?
Podemos entenderla como una fuerza demoníaca, un fuego abrasante, anidado en el
interior del ser humano, que lo centra sobre sí mismo. El profeta Habacuc
conoce esta fuerza negativa, le da un nombre mítico, “reshef”, y la presenta
como sometida a Dios (Hab 3, 5; Deut 32, 24). Jesús tomó a la enferma de la
mano y la levantó. Este mismo verbo se usa para indicar la resurrección de
Jesús (1Tes 1, 10; Rom 6, 4. 9). Marcos nos sugiere, entonces, que Jesús le
infundió una energía vital nueva, que la llevó a ponerse a liberarse
disposición de los suyos: “se puso a servirles”. La Virgen María era así:
llena de un amor inmenso a su Hijo, se dedicó totalmente a su servicio (Lc 1,
38). Pero el ser humano, agarrado entre las ideologías religiosas, fuerzas
negativas que impiden oír la
Palabra , y las “fiebres” del egoísmo, espera la presencia de
Jesús. Es interesante notar que Jesús sanó a la suegra de Pedro, sin que ella
se lo pidiera Alguien se dio cuenta de su estado, e intercedió. Jesús salió de
madrugada para orar a solas con el Padre. Jesús intercede para con su Padre, y
sólo después se dedica a predicar y expulsar a los demonios. Orar
intercediendo, expulsar los malos espíritus, anunciar el Reino: tres cosas que
andan juntas y en ese orden.
El
mensaje de la liturgia: Jesús sana y salva.
Ninguna
experiencia más contundente y universal que la del dolor y el sufrimiento. Job
sí que es la imagen “viva” de la humanidad: ¿No es una servidumbre la vida del
hombre sobre la tierra?(…) me han sido asignadas noches de dolor… ¿puro
pesimismo? ¿Pura depresión? ¿descripción realista de la condición humana? La fe
no suprime el sufrimiento, las contrariedades, las “tormentas” de la vida. LA
FE NOS HACE DESCUBRIR que Jesús también
anosotros nos puede tomar de la mano y hacernos levantar Jesús sana y salva. Puede
fortalecernos y liberarnos de nuestros males físicos y espirituales. Tiene
poder para sostenernos, darnos ánimo y arrancar nuestras vidas de los poderes
del mal que tantas veces nos esclavizan. Esto no nos dá derecho a exigir un”
milagrito” cada vez que tenemos un “resfrío”… La fe auténtica exclama: “Como tu
quieras; cuando tu quieras; don tu quieras” (madre Maravilla). Señor, tómame de
la mano. No dejes que me suelte. Cura mis enfermedades y expulsa los demonios
interiores que me impiden ser felíz. Sobre todo dame la fuerza insuperable del
amor.
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