REFLEXION Evangelio
Lucas capitulo 11, versículos 42 al 46
Los
fariseos tenian una vision de la ley y consideraban condenados a
todos los que no seguian sus practicas, hablaban de su perfeccion
moral, observaban estrictamente las disposiciones de la ley, pero su
corazon estaba lejos de Dios. Estos hombres entendian la religiosidad
en sentido ritual. A Jesus, ademas de las obras, le importa tambien
la pureza de intencion. Por eso nos invita a luchar contra toda forma
de hipocresia, de tal manera que nuestras acciones correspondan con
nuestras palabras, pensamientos y sean para gloria de Dios. Hemos de
orientar constantemente nuestro corazon a Dios y preocuparnos mas de
su mirada que de la de los hombres. La condena de Jesus a los
fariseos nos ensena tambien que a El no le agrada que estemos
juzgando continuamente a los demas, que seamos despectivos y severos
en el trato con los otros, o que los midamos de acuerdo a nuestros
criterios. No nos permitamos despreciar a nuestro projimo, sea cual
sea su condicion. En nuestro examen de conciencia preguntemonos si
practicamos tambien la caridad de pensamiento hacia los demas.
La
ley tiene como onico fin ayudarnos a vivir de acuerdo al amor. Cada
uno de los mandamientos expresa el deseo de Dios de que el hombre
crezca y madure en el amor. Sin embargo, cuando la ley se convierte
en fin, en si misma, deja de expresar el deseo del legislador y se
convierte en un yugo dificil de llevar. Peor aun cuando nosotros
mismos nos convertimos en los legisladores para hacer una ley a
nuestra medida y necesidades, pues esto, lejos de conducirnos a la
meta que es Dios, nos aleja de el y nos confina a la oscuridad, a la
ignorancia, a la angustia.
Si
tu cumples la ley solo porque es la ley (por miedo al castigo) eres
todavia un esclavo de la ley; pero si tu la cumples porque en ella
descubres un camino para crecer en el amor, tu vida se abre hacia la
felicidad perfecta.
Como
ejemplo sencillo podrias pensar hoy ¿que te mueve el domingo para ir
a misa?
Permite
que el amor de Dios llene hoy tu vida. Abrele tu corazon.
Como
Maria, todo por Jesus y para Jesus.
Pbro.
Ernesto Maria Caro
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