por María Amalia Aristu con Notas el viernes, 15 de marzo de 2013 a la(s) 11:24
Alabado sea Jesucristo…A medida que pasan las horas desde la elección del Papa Francisco, el mundo no termina de salir de su sorpresa, ya que a priori, el jesuita argentino Cardenal Bergoglio no era de los considerados “candidatos”. Pero cabría preguntarse: ¿”Candidato” de quién...? De los supuestos entendidos, o vaticanistas, o como se les quiera llamar. Pero los cardenales electores, una vez más, sólo escucharon la voz del Espíritu Santo y nos han regalado un gran pastor que no tengo dudas sorprenderá al mundo y con el transcurrir de los días lo asombrará con su inteligencia, su humildad, su espiritualidad, su ardor evangélico y su calidad para conducir la Iglesia precisamente en tiempos de la Nueva Evangelización, haciéndola salir de sus aposentos tradicionales para hacia el mundo en busca de la gente.Y es nuestro compromiso, como miembros de esa Iglesia a la que pertenecemos activamente desde el día de nuestro bautismo, participar con entusiasmo en la tarea evangelizadora para hacer conocer a Cristo. Cada uno en la medida de sus posibilidades. Con la acción o con la oración. Pero con el mismo espíritu decidido y generoso al que nos llama el Papa Francisco, que en su primera misa ante los cardenales instó a “caminar siempre a la luz del Señor y a edificar la Iglesia siendo piedras vivas”.Recordemos todos los días su expreso pedido cuando salió por primera vez al balcón en la Basílica de San Pedro luego de su elección: recemos por él.
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