PG 2, 1183, SC 33
“Se sorprende de su falta de fe”
El Padre ha enviado al Verbo para manifestarle al
mundo. Este Verbo fue despreciado por los suyos; pero por la predicación de los
apóstoles las naciones paganas creyeron en él, El existía desde el principio
(Jn 1,1), y se ha manifestado en una época concreta. Aunque sea antiguo, renace
siempre
Nuevo en el corazón de los santos. Es proclamado Hijo
en un eterno hoy (Sal. 2,7)
Por él, la Iglesia se enriquece de una
gracia que se abre y se acrecienta en los santos, les confiere la inteligencia
espiritual, les desvela los misterios sagrados y les hace comprender los signos
de los
tiempos. La Iglesia se regocija en los
creyentes: se ofrece a los que la buscan respetando los compromisos de la fe y
los jalones puestos por los Padres. Desde ahora el temor de la Ley sugiere
cantos de alabanza, se reconoce la gracia anunciada por los profetas, la fe
evangélica es afianzada, la tradición de los apóstoles permanece intacta y la
gracia de la iglesia salta de júbilo.
Sí tú no dañas esta gracia, conocerás los
secretos que el Verbo Comunica a quien quiere y cuando él quiere... Si con
empeño las atendéis y Escucháis, sabréis qué bienes procura Dios a quienes
lealmente les aman, Cómo se convierten en un paraíso de deleites, produciendo
en sí mismos un Árbol fértil y frondoso, adornados de toda variedad de frutos.
Porque en este lugar fue plantado el árbol de la ciencia y el árbol de la vida;
(Gn. 2,9)...
Que tu corazón pues sea entero
conocimiento, y que el Verbo de la verdad se haga tu vida. Si este árbol crece
en ti y si deseas ardientemente su fruta, cosecharás siempre los mejores dones
de Dios.
martes 05
Febrero 2013
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