Levanta la mirada y crece. Pbro Aldo Ranieri (18/03/12)
El pasaje del Evangelio es un diálogo, en tres puntos sucesivos, de Juan con su lector para que reflexione sobre su fe en Jesús. El primero propone la crucifixión de Jesús y su sentido, y para eso usa la expresión "Hijo del Hombre"; el segundopropone la relación del Padre con Jesús, y para eso utiliza la expresión "Hijo único"; el tercero pone en evidencia que Jesús crucificado y obediente al Padre es el único camino para cambiar el rostro violento de la humanidad, y para eso utiliza el verbo "juzgar". La expresión "Hijo del Hombre"significa "Ser Humano", una forma priviledgiada para hablar de sí mismo y que, para nosotros, sería equivalente a Hijo de María Virgen, pero que, para sus escuchas, era más significativa, ya que reconocían en ella una alusión a un texto mesiánico del proeta Daniel (Dn: 7, 13-14). El verbo "levantar" contiene la idea de "ser crucificado", como en Jn: 12, 32. La cita de la serpiente de bronce levantada por Moisés (Num: 21) da la interpretación de la crucifixión para el creyente: No es de un fracazo de Jesús, sino0 que, como un cuerpo inanimado en el desierto, devolvía la vida a los que lo iraban con fe, así el cuerpo inanimado de Jesús, ofrecido al Padre, es la única fuente de vida eterna para la humanidad. La expresión "Hijo Único de Dios", entregado por el Padre, mientras subraya el amor del Padre que se desprende de su Hijo Único para liberar de la muerte a la creación entera, habla también de la obediencia de Jesús,que confunde en un solo sengtir el amor a su Padre y su amor para con nosotros, y se deja crucificar. El verbo "juzgar" indica que hay un veredicto: Creer en Jesús es conformar la propia vida sobre sus enseñanzas, es decir, que sería como pasar de decir "derechos humanos" a decir "derechos de mi hermano".
El mensaje de la liturgia: ¡Dios está enfermo!
Los cristianos creemos en un Dios "empecinado" en amarnos. ¡Dios está enfermo! La enfermedad de Dios es su amor por el hombre. Esta enfermedad es incurable. Frente a los rechazos, infidelidades y miserias del hombre, Dios no retira ni siquiera atenúa su amor, lo multiplica. Para consuelo nuestro, en Dios, el amor es una enfermedad incurable.
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