Un día llegó a mis manos esta “carta” que me escribía Jesús. No recuerdo cómo, pero me gustó. La he leído varias veces y quiero compartirla contigo. Considera que El te la escribe a ti. Y me ha sugerido una idea que puede ser interesante. Hace poco salió un libro blasfemo titulado “Carta de Jesús al Papa”. Yo he pensado publicar aquí, en esta página, semana tras semana, un libro que se titula CARTAS DE JESUS A TÍ. Ya veremos hasta donde llegamos. Al final, dentro de muchas semanas, es posible que me anime y lo saque en formato estándar de libro, si merece la pena. Ya me lo diréis vosotros mismos. De momento, espera cada semana la CARTA QUE JESUS TE VA A MANDAR, y medítala despacio. Incluso le puedes contestar. Seria bonito ese diálogo epistolar. Eso también es oración. Bueno, espero que os guste la idea y ya me daréis vuestra opinión. Dejemos ahora hablar a Jesús. Escucha atento que se dirige a ti. Un saludo.
¿Cómo estás? Tenía que enviarte esta nota para decirte lo mucho que me importas, ayer te vi cuando caminabas y charlabas con tus amigos.
Yo esperé todo el día, deseando que tú quisieras también hablar conmigo.
Conforme avanzaba el día, te di una caída de sol para cerrar tu día. Te di brisa suave y fresca para que descansases y esperé para hablar contigo, porque soy tu amigo y te amo mucho.
Te vi quedarte dormido y tenía ganas de tocarte la frente, así es que dejé que un rayo te acariciase el rostro, seguí esperando para hablar contigo.
¡Tengo tantos regalos para ti! Te levantaste esta mañana muy deprisa y no tuviste tiempo de hablar conmigo.
Mis lágrimas estaban en la lluvia y el rocío de esta mañana.
Hoy te sientes triste y solo, me duele el corazón de verte así, pero te comprendo, porque también a mi me han desilusionado tus amigos, pero te sigo queriendo.
Yo trato de decírtelo a través del cielo azul, de los campos verdes, de las flores. Te grito en los riachuelos y les doy a los pájaros canciones de amor para cantarte.
Te visto con cálidos rayitos de sol y perfumo el aire con las esencias de la naturaleza.
Mi amor por ti es más hondo que los mares y más grande que cualquier necesidad que tengas en el corazón.
Si tan solo supieses cuánto anhelo hablar y caminar contigo.
Yo sé lo dura que es la vida en la tierra. Por eso quiero ayudarte.
Quiero que conozcas a mi padre, él también quiere ayudarte, y a mi madre que te cuida con su manto.
¡Llámame!, ¡pregúntame!, ¡habla conmigo!
No me olvides, por favor, tengo tanto que compartir contigo....
Ya no te molesto más. Eres libre de escogerme si tu quieres, es tu decisión personal.
Yo sí te he escogido a ti, y por esta razón, sabré esperarte, porque te amo. Hasta pronto…
TU AMIGO, JESUS
Por las trascripción:
Juan García Inza
juangainza@hotmail.com
¿Cómo estás? Tenía que enviarte esta nota para decirte lo mucho que me importas, ayer te vi cuando caminabas y charlabas con tus amigos.
Yo esperé todo el día, deseando que tú quisieras también hablar conmigo.
Conforme avanzaba el día, te di una caída de sol para cerrar tu día. Te di brisa suave y fresca para que descansases y esperé para hablar contigo, porque soy tu amigo y te amo mucho.
Te vi quedarte dormido y tenía ganas de tocarte la frente, así es que dejé que un rayo te acariciase el rostro, seguí esperando para hablar contigo.
¡Tengo tantos regalos para ti! Te levantaste esta mañana muy deprisa y no tuviste tiempo de hablar conmigo.
Mis lágrimas estaban en la lluvia y el rocío de esta mañana.
Hoy te sientes triste y solo, me duele el corazón de verte así, pero te comprendo, porque también a mi me han desilusionado tus amigos, pero te sigo queriendo.
Yo trato de decírtelo a través del cielo azul, de los campos verdes, de las flores. Te grito en los riachuelos y les doy a los pájaros canciones de amor para cantarte.
Te visto con cálidos rayitos de sol y perfumo el aire con las esencias de la naturaleza.
Mi amor por ti es más hondo que los mares y más grande que cualquier necesidad que tengas en el corazón.
Si tan solo supieses cuánto anhelo hablar y caminar contigo.
Yo sé lo dura que es la vida en la tierra. Por eso quiero ayudarte.
Quiero que conozcas a mi padre, él también quiere ayudarte, y a mi madre que te cuida con su manto.
¡Llámame!, ¡pregúntame!, ¡habla conmigo!
No me olvides, por favor, tengo tanto que compartir contigo....
Ya no te molesto más. Eres libre de escogerme si tu quieres, es tu decisión personal.
Yo sí te he escogido a ti, y por esta razón, sabré esperarte, porque te amo. Hasta pronto…
TU AMIGO, JESUS
Por las trascripción:
Juan García Inza
juangainza@hotmail.com
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