La palabra se hizo carne:
el Evangelio en poesía II . - 1a ed.
Prólogo del autor
Luego de haber ofrecido el
libro de poemas "Sembrando la Palabra", del que se realizaron 2 ediciones,
he creído útil para todo creyente dar un paso más en esta tarea y ofrecer ahora
este libro titulado "La Palabra se hizo Carne", ofreciendo también
aquí diversos pasajes del Evangelio de Jesús en una estructura poética. Al
final de los poemas se ofrece el de la Enseñanza de San Pablo con una previa introducción.
Conocer y amar La Palabra de Dios es meta de nuestra
vida cristiana. Que esta presentación permita ahondar en La Palabra ya conocida
y conocer lo que aún no sabemos de La Palabra que es Jesús, suprema expresión
del Padre. María en quien La Palabra se hizo Carne nos enseña a vivir La
Palabra como Ella, contemplándola en el Corazón, encarnándola en la vida y
ofreciéndola a nuestros hermanos.
Todo sea para Mayor Gloria de Dios. Padre Carlos Pérez
Al Espíritu Santo
(Jn. 16, 5-15)
I
Espíritu de Dios que nos
habitas
enciende con tu Amor
nuestra esperanza
sedienta por vivir de tus
mociones
y de todos los dones que
regalas.
El Padre de los Cielos te
ha enviado
al seno de María
Inmaculada
para luego engendrar al
Hijo Eterno
en aquella Mujer Llena de
Gracia.
El bautismo que Cristo
recibiera
te vio representado en
vivas alas
de palomas que expresan tu
tarea
de volar por el mundo de
las almas.
A Jesús lo llevaste a la oración
hasta el monte que siempre
se alejaba
para hablar a su Padre
complacido
llenando los espacios de
alabanzas.
Fue Promesa de Cristo tu
Presencia
fue el gran Don que
ofreciera nuestra Pascua
y por fin al subir Jesús
al Cielo
tu venida a la tierra era esperada.
II
Los Apóstoles juntos con
María
fusionaron su vida en la
plegaria
y aplicaron sus tiempos a
la espera
de tu pronta y fructífera
llegada.
Allí en Pentecostés te
recibieron
con júbilo repleto de
añoranzas
soñaban revivir con el
Maestro
los encuentros que tanto
recordaban.
Siguiendo sus consejos
puntualmente
en íntima oración se
preparaban
con puro corazón para
escucharte
y una clara apertura de su
alma.
Al llegar como fuego de lo
Alto
has llenado con luz
aquella sala
y ofreciste también tus
siete dones
a todos los que allí te
celebraban.
En un lapso muy corto
todos fueron
capaces de entender esas
palabras,
que Jesús con su amor les
transmitiera
pero que ellos muy poco
interpretaban.
III
Con la fuerza traída desde
el Padre
y de Cristo Jesús esa
mañana,
impulsaste con gozo a los
Apóstoles
a que en gran comunión se
prepararan
a cumplir la misión de
Jesucristo
sin temor y confiando en
esa Gracia
que el Señor a través de
su Enviado
les daría por fin en la
jornada.
Unidos como Iglesia
misionera
y urgidos por Jesús que
los formara
comenzaron a andar por los
caminos
llevando con sus vidas la
Palabra.
Espíritu de Cristo y de la
Iglesia
al venir a los hombres que
aguardaban
dispusiste formar un mundo
nuevo
cambiando la tristeza en esperanza.
Abogado que brindas el
consuelo
recréanos de nuevo con tu
Gracia
invade con Amor nuestra
existencia
haciendo de nosotros tu
Morada.
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