Que distinto seria el mundo, si nos pusiéramos en
los zapatos del otro, del hermano y fuéramos más humanos....
¡¡LEE COMPLETA ESTA HISTORIA LLENA DE AMOR Y ESPERANZA!!
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En cierta ocasión
en la cafetería de un supermercado, una persona muy pobre, enferma y hambrienta
le pidió un poco de comida a Ana la mujer a cargo de la cafetería. Ella miro a
los ojos al pobre señor y tuvo compasión de él, le pidió a una empleada que
preparaba la comida, regalarle una torta de jamón y la pusiera en su cuenta.
Así lo hicieron, Ana despidió al señor con una pequeña oración lo bendijo en el
nombre de Jesús y le pidió que no se volviera a presentar ahí, porque esto le
podría causar problemas. Todavía no terminaba de despedirlo cuando se percató
que las personas de seguridad de la tienda llegaron junto con la policía para
llevarse al pobre señor. Las personas de seguridad le advirtieron a Ana que
esto no se iba a quedar así y que iba a tener que correr con las consecuencias
de haber ido en contra de las políticas de la empresa. Al día siguiente al
llegar al trabajo la recibieron con la noticia de que antes de empezar
cualquier labor se presentara en la oficina del gerente, Ana camino por el
largo pasillo encomendando su caso a Dios ya que temía perder el trabajo justo
cuando más lo necesitaba, toco la puerta, escucho una voz que le dijo “pase
está abierto”, paso dio los buenos días, el gerente la invito a sentarse y le
dijo: Solo quiero saber cómo justifica su conducta del día de ayer dándole de
comer a esa persona cuando el reglamento claramente dice que no se puede, a lo
que Ana respondió, le ruego disculpe mi falta pero mi corazón sintió gran
compasión y no pude negarme. El gerente le respondió: Ana usted me ha hecho
remontarme a muchos años atrás cuando yo llegue a esta ciudad con mi madre y
mis hermanos, sin un solo peso y nos presentamos en este mismo lugar y mi madre
tuvo que humillarse a hurgar en el contenedor de basura de la tienda y al ser
descubiertos por un empleado del lugar, tuvo compasión de nosotros, nos regaló
su almuerzo y un poco de dinero, Mire Ana yo me olvide de esto por muchos años
ya que en mi afán de superarme y salir adelante me fui llenando de orgullo y
soberbia queriendo enterrar mi duro pasado porque me parecía muy vergonzoso,
pero esta semana tuve un encuentro con Dios y sano muchas heridas, esta
situación me trae a la memoria aquel pasaje bíblico que dice: “De cierto os
digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí
lo hicisteis.” Mateo 25:40. Créame Ana que Dios abogo por usted en este caso y
no perderá su trabajo, y permítame honrarla con una recompensa, pero este
segura que allá en el cielo su recompensa le espera por tener un corazón
dispuesto a escuchar y obedecer la voz de Dios...
En muchas
ocasiones te verás en una situación similar a la de Ana, donde las
circunstancias son adversas pero aun así tendrás que obedecer la voz de Dios,
No temas! Dios está contigo.........
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