DEL
EXILIO DE BABILONIA A LA CONQUISTA ROMANA: 538 a.C .-135 dCFrancesc Ramis
Darder
La
primera expedición de repatriados fue encabezada por Sesbassar (537 aC.).
Recibió el título de gobernador y se le encomendó la reconstrucción del Templo
(Esd 5, 14-16). Pocos años después, Zorobabel con otra partida de exiliados llegó a Jerusalén para continuar
la obra de Sesbassar (Ag 1, 1). Palestina estaba integrada en la provincia
persa de Transeufratina, dividida, a su vez, en regiones menores, una de las
cuales era Yehud (Judea). Los judíos, animados por los profetas Zacarías y
Ageo, levantaron el Templo en el año 515
aC.
En
el año 415 aC. un dignatario persa de origen judío, Nehemías, es designado por
el rey Artajerjes gobernador de Yehud (Judea), con la misión de reconstruir la
murallla de Jerusalén (Neh 5, 14). Acabada su tarea, regresó a Persia, y en el
año 430 aC. fue nombrado de nuevo gobernador de Judea; le acompañó Esdras,
sacerdote y escriba, para realizar la reforma religiosa (Esd 7, 11-26). Judea,
después, cayó en el desaliento de una vida lángida, mientras lentamente el
imperio persa se deshacía.
Alejandro
Magno, rey de Macedonia (Grecia), inició la conquista de Oriente (334 aC.). En
Jerusalén recibió el acatamiento del sumo sacerdote y de la población. Judea
pasó a depender de los griegos. A la súbita muerte de Alejandro (323 aC.),
siguió una época turbulenta en que sus generales se repartieron el imperio.
El
general Ptolomeo, con el título de rey, ocupó Palestina (320 aC.), pero más
tarde pasó a los sucesores del general Seluco (198 aC.). Un descendiente de
Seleuco, el rey Antíoco IV Epífanes (175-164 aC.), oprimió al pueblo hebreo
intentando eliminar su cultura y religión. Ante la agresión, los hermanos
macabeos (167 aC.) iniciaron una guerra de liberación nacional, en la que murió
Judas Macabeo (161 aC.), caudillo de la revuelta. Le sucede su hermano Jonatán
y después Simón (142 aC.). La valentía de los macabeos y las dificultades
internas de Antíoco en su imperio, favorecieron que los judíos recuperaran la
independencia.
Juan
Hircano (134 aC.) sucedió a su padre Simón, devino sumo sacerdote y príncipe de
un estado independiente. Su hijo Aristóbulo se proclamó rey (104 aC) iniciando
la dinastía asmonea. Los asmoneos al principio procuraron la prosperidad del
país pero, a excepción de la reina Salomé Alejandra (77-67 aC.), cayeron en la
corrupción y las disputas internas.
Durante
las disensiones asmoneas el general romano Pompeyo conquistó Jerusalén (63
aC.), y el senado proclamó a Herodes (40-4 aC.) rey de los judíos. Herodes
reconstruyó el Templo, levantó nuevas ciudades y edificó fortalezas, pero su
carácter cínico engendró en el reino un régimen de terror.
A
la muerte de Herodes el reino se dividió entre tres de sus hijos. Arquelao
gobernó Samaría, Judea e Idumea. Herodes Antipas heredó Galilea y Perea. Herodes
Filippo recibió territorios situados más al norte de Galilea. El año 6 dC. el
emperador romano depuso a Arquelao y entregó su teritorio al gobierno de un
procurador romano.
Los
procuradores sometieron al país a duro régimen tributario. El procurador más
conocido es Poncio Pilato, en cuyo procuratorato (26-36) tuvo lugar el
ministerio público de Jesús. Los judíos se rebelaron contra Roma en el año 66
dC. La respuesta romana no se hizo esperar, primero Vespasiano y después Tito
reconquistaron el país tomando Jerusalén (70 dC.) y la fortaleza de Masada (73
dC.), convirtiendo Judea en provincia romana. En el año 132, acontece otro
levantamiento encabezado por Bar Kokba, como represalia el emperador Adriano
expulsa a los judíos de Jerusalén, convirtiendo la Ciudad Santa en la colonia
romana de Aelia Capitolina (135).
Publicado por Francesc
Ramis Darder
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