"DIOS DE VIVOS
Y NO DE MUERTOS"
Con vuestro perdón
pienso que el Dios de nuestra fe es más el Dios de muertos que de
vivos. Jesús nos dice que es “Dios de vivos”, pero nosotros lo
estamos convirtiendo en “Dios de muertos”.
Cuando muere un ser
querido aplicamos una serie de Misas. Yo me pregunto: ¿Y cuánto
hemos rezado por él mientras vivía? Incluso, cuántas veces le
hemos negado el Sacramento de la Unción de Enfermos por miedo a
darle un susto, cuando el susto lo tenemos nosotros y no el enfermo.
Rezamos por su
salvación, pero cuánto hemos rezado en vida para que viva según la
voluntad de Dios y en coherencia de su Bautismo.
Rezamos para que se
salve, pero cuántos hemos rezado por su salvación mientras vivía.
Está bien que recemos por él de muerto, pero mucho más importante
es que le pidamos a Dios mientras está vivo.
¿Cuántas Misas
encargamos por los difuntos? Yo estoy esperando ofrecer Misas por los
vivos.
Dios no es un Dios
para salvar a los muertos, sino para dar vida espiritual a los vivos.
Dios no es un Dios para que salve a los muertos, sino para que vivan
plenamente su vida los que están vivos.
Dios no es un
enterrador de muertos, sino alguien que da vida mientras vivimos. No
esperemos a morir para admirar a nuestros hermanos, amémosle
mientras viven.
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