GRADO 3°: LA CELEBRACIÓN
(Ministerio)
La celebración es una
respuesta a la alegría y al gozo ante acontecimientos que hacen crecer en la
vida personal, familiar y colectiva de los pueblos. Ella permite compartir y
expresar emociones, sentimientos y pensamientos profundos, fusionarse en alguna
medida con los otros, con el otro y con el GRAN OTRO, DIOS. Tiene en su base el
ser capaz de maravillarse y de admirar. No puede realizarse una celebración
plenamente, si no hay en ella un espacio para el don gratuito, para dar y darse
gratuitamente. El recuerdo de la liberación del pueblo judío de la esclavitud
de los egipcios, lo denomina la
Biblia como la
Pascua , es decir, como paso de la esclavitud a la libertad
por obra del amor de Dios que se comprometió en su liberación. La Pascua es la celebración
principal del pueblo judío y del pueblo cristiano. Es la celebración de la
posibilidad de superar con la ayuda de Dios todas las esclavitudes y miserias
humanas, incluida la misma muerte. Esta esperanza es fuente de alegría. Jesús
mientras vivió como verdadero hombre en la historia participó en celebraciones,
como en una ~ fiesta de bodas y en la celebración de la Pascua judía. En la Iglesia de Jesucristo,
comunidad de creyentes que se experimentan como hermanos, hay celebraciones,
pero la principal es la celebración de la pasión, muerte y resurrección de
Jesús por amor, su ascua. Se hace con la ayuda de ritos, de símbolos y signos
que ratifican la presencia continuada y misteriosa de Jesús en la historia por
medio del amor que es el Espíritu Santo en la Iglesia. Con el
análisis de las características comunes de las fiestas que hacen en la familia,
en pueblos y ciudades (cumpleaños, Navidad, fiestas patrias y otras fiestas
populares o familiares), se puede recuperar el verdadero sentido humano y
religioso de la fiesta y de las celebraciones y denunciar los aspecto
orgiásticos y deshumanizantes de algunas fiestas y carnavales.
EXPERIENCIAS SIGNIFICATIVAS DEL SEGUNDO NIVEL DE
OPERACIONES CONCRETAS (Secretariado)
GRADO TERCERO: LA CELEBRACIÓN
GRADO CUARTO: LA VOCACIÓN
GRADO QUINTO: EL TESTIMONIO
Los creyentes acudían al
templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu; partían el pan
por las casas y tomaban el alimento con alegría y humildad de corazón. Alababan
a Dios y toda la gente los estimaba. (Hech. 2, 46 – 47)
La celebración es la
expresión de los sentimientos más profundos: el hombre celebra los
acontecimientos importantes de la vida con alegría, música y con las personas
que ama. La celebración permite compartir y expresar emociones, sentimientos y
pensamientos profundos, fusionarse en alguna medida con los otros, y con el
“Gran Otro” que es Dios.
El ser humano puede
celebrar por la capacidad de admirarse y de maravillarse que posee. Para
celebrar plenamente es necesario tener un espacio, un grupo humano (familia,
pueblo, comunidad), con el cual compartir la alegría por el motivo de fiesta y
tener también una forma de celebrar.
Los cristianos celebran la
acción salvadora de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo en la Liturgia. La Liturgia
con sus ritos, signos, cantos, luces, flores...es expresión festiva, mediante
la cual el cristiano manifiesta sus sentimientos de regocijo y reconocimiento a
Dios por las maravillas a favor de sus hijos.
Esta experiencia
significativa de la
Celebración tiene su momento propicio durante la segunda
infancia.
Las características de los
niños(as) en esta etapa (de 8-9 y 10-12 años) ayudan a descubrir y orientar las
experiencias significativas que propone la Educación Religiosa
Escolar para los grados tercero, cuarto y quinto, y que de alguna manera dan
bases suficientes para ubicarse acertadamente en los intereses del educando,
estas características son:
A) La desaparición de
egocentrismo cognoscitivo abre paso al pensamiento objetivo o socializado. La
interacción social ( en especial con los conflictos y las disputas con
iguales), obligan al niño(a) a examinar sus percepciones y acciones a la luz de
los demás.
B) La capacidad de síntesis
y cierre de las estructuras del pensamiento concreto, que se desarrollan a
través de la adquisición de nuevos esquemas como: el agrupamiento y el
reticulado el encuadramiento de lo concreto estas son las formas que el sujeto
va adquiriendo para sistematizar su pensamiento y resolver los problemas.
El agrupamiento y el
reticulado permite la movilización de sus esquemas de pensamiento,
enriqueciéndolo con nuevos esquemas mentales según las nuevas experiencias
(poder pasar de un concepto unívoco de casa o garaje, a un concepto más amplio
con criterios de clasificación, casas multifamiliares o garajes colectivos en
una unidad residencial).
El encuadramiento de lo
concreto desarrolla la capacidad de síntesis en tal forma que los nuevos datos,
objetos y acciones pueden ser organizados en series, clases y subclases,
siempre y cuando tengan un esquema significativo importante. El coleccionismo
es una manifestación doméstica de esta capacidad de síntesis.
C) El caso particular del
pensamiento simbólico y la función simbólica.. Mediante el pensamiento
simbólico el niño(a) es capaz de realizar una correcta interpretación del
símbolo, y mediante la función simbólica adquiere la capacidad para diferenciar
los significantes (signos y símbolos) de los significados (objetos o
acontecimientos ambos esquemáticos o conceptualizados). El niño(a) es capaz de representar
imaginativamente y en forma simultánea toda la secuencia de acciones necesarias
para el logro de un determinado objetivo.
d) El descubrimiento del
“otro”, la objetivación de las acciones y de los objetos. El niño(a) comienza a
pensar las acciones no como “propias acciones” exclusivamente, sino como
acciones objetivas en las cuales los “otros” tienen parte.
Entre las adquisiciones
mentales en esta etapa tiene una importancia destacada el pensamiento simbólico
para la experiencia significativa celebración, sin dejar de reconocer la
contribución que el descubrimiento del “otro” y la socialización del
pensamiento tienen para desarrollar esta experiencia.
El pensamiento simbólico
se caracteriza por la asociación de un significado atribuido a una
representación material. Esta representación material es la materia prima de la
que se nutre el pensamiento concreto, ligado todavía a la percepción de los
sentidos y necesitado de los hechos u objetos del presente inmediato para poder
operar adecuadamente. El significado atribuido, son los conceptos abstractos es
de carácter hipotético. Este significado se constituye en la primera puerta de
acceso para que el pensamiento infantil ingrese hacia los contenidos propios
del contenido formal.
Gracias al pensamiento
simbólico los conceptos abstractos ingresan al pensamiento infantil llevados de
la mano de las representaciones materiales con la que opera, elemento necesario
para el proceso de aprendizaje. Ejemplo: el niño(a) comprende el amor a partir
de las expresiones, ya sean en palabras: “hijo te amo, “te quiero mucho”; de
gestos como un “beso”, un abrazo; con cosas u objetos como una tarjeta una
flor.... son detalles que hablan del amor, pero no son el amor en si.
A nivel religioso, el
aprendizaje está en la definición del tipo de unión que existe entre las
representaciones materiales y los significados de los contenidos religiosos.
Ejemplo: el agua del bautizo que da vida, purifica, limpia... para la mente del
niño(a), la representación material llega a través de los sentidos y, el
significado atribuido llega al esquema cognitivo del niño(a) en la medida que
se encuentra vinculado a lo concreto de la representación material (significante)
y el significado atribuido (significado). Este comportamiento intelectual juega
un papel determinante en el aprendizaje de los lenguajes religiosos, con
especificidad en el leguaje litúrgico, clave para comprender y asumir las
celebraciones y los ritos propios de las mismas.
Hay diferentes formas de
darse la unión entre el significante y el significado:
1)
en los símbolos, la unión es convencional, es el caso de los
signos litúrgicos, los cuales necesitan explicación según la renovación
litúrgica del Concilio Vaticano II.
2)
2) En los signos índices, la unión es natural, es el caso del
humo y del juego, de la huella y del pie.
3)
3) En los signos iconos, la unión se basa en la similitud de
los rasgos geométricos, es el caso de una persona y su retrato.
La experiencia
significativa de la celebración encuentra en el pensamiento simbólico y la
función simbólica la estructura más apropiada para que el niño(a) comprenda y
pueda acceder a toda la riqueza que tienen los símbolos, los ritos, la
iconografía... religiosos.
La función simbólica ( que
consiste en una diferenciación de los significantes (signos y símbolos) y los
significados (objetos o acontecimientos, ambos esquematizados o
conceptualizados) permite contextualizar la realidad de las diferentes
celebraciones, compararlas, confrontarlas, y diferenciar con propiedad su
correspondencia con el ámbito religioso de la comunidad de fe.
La experiencia de
representación material del contenido religioso, está en las acciones y signos
del lenguaje litúrgico, que entran en la categoría de cosas y hechos concretos
que cada día están formando parte del presente inmediato de la comunidad
cristiana, los cuales están a la disposición de su experiencia, o simplemente
de los sentidos.
La celebración es una
experiencia que lleva a los seres humanos a expresar su alegría por los
acontecimientos cruciales, interesantes, importantes y significativos de la
historia. Las celebraciones están en estrecha relación con festejar, de alguna
manera, es romper con la cotidianidad, la rutina, lo estático y dar dinamicidad
a la vida de los pueblos, de la familia, de las comunidades, y con gran
significado en la comunidad de fe, para alabar, bendecir y agradecer al Señor
su bondad y misericordia.
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