Respirar no es vivir, vivir es compartir lo poco que se
tiene con los demás. La vida enseña, pero pocos aprenden,
Cuanto más alto sube el hombre, vientos más fuertes
soporta. Tú siempre vuela bajo.
Me cierran con mil candados, pero yo soy la llave y Dios es
mi libertad.
Nuestros padres nos enseñaron a hablar y el mundo a callar.
(Proverbio checo)
Cuanto más alta es nuestra voz, menos la oímos.
Cuando el dinero habla la verdad calla. (Proverbio chino)
¿Oíste algo? Se una tumba, quédate tranquilo, no vas a
reventa por eso.
Sufrir sanamente para dejar de sufrir. En el duelo sano se
sanan los amores insanos.
Los duelos, para sanarlos hay que
orarlos. El duelo sano purifica la fe insana. En el duelo sano se sanan los
amores insanos. El duelo no es sólo para transformar el sufrimiento, sino para
transformarse desde el sufrimiento. El duelo sano purifica la fe insana. La fe
insana purifica el sufrimiento insano. El duelo no es sólo para transformar el
sufrimiento, sino para transformarse desde el sufrimiento.
Una verdad sumamente confrontante pero sanamente: Ni
siquiera un hijo es el sentido último de la vida de los padres. Hay que
gastarse en las cosas de Dios, pero no desgastarse.
La fe en Dios es también fe que Dios te tiene fe y que te
tienes fe. Alto precio tiene la lealtad. Mayor costo tiene la deslealtad. Qué gran ciencia es ésta, cuando buscamos a
Dios, él nos encuentra.
La paciencia de Dios ante nuestra bronca es terapia. Quien
no conoce a Dios no lo ama. Quien no lo ama no lo conoce. Mejor que quejarse de
Dios a Dios, quejarse con Dios. Dios nunca te prueba, está contigo en tus pruebas.
Tu justicia te hará avinagrado si de misericordia no estás empapado.
Si ves que tu hijo no está bien y no sabes que tiene, no
dudes en llevarlo de inmediato al centro de salud más cercano; la atención
médica a tiempo previene el desarrollo de enfermedades peligrosas.
Los niños pequeños van seguros en el auto, en sus sillitas
especiales de acuerdo a su edad y tamaño, ajustados con el cinturón de
seguridad. ¡Esto es amor!
El último año, por lo menos 1000 personas, en su mayoría
jóvenes, murieron en accidentes de tránsito por no usar casco. El casco puede
ser la diferencia entre vivir y morir. Vos, que tenés cerebro, úsalo.
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