Mirar en secreto
Autor: Joaquín Rocha
Psicólogo especialista en Educación para la Comunicación
Vivimos en una sociedad cada vez más distorsionada, donde el límite
entre lo público y lo privado tiende a desaparecer.
¿Qué es lo público? El termino deriva del latín publicus y hace
referencia al ámbito de interés compartido por la sociedad, de interés privilegiado,
prioritario y primordial. En otras palabras, es aquel o aquello que resulta
notorio, manifiesto, patente, sabido o visto por todos. Lo público se puede
definir “como el espacio de conocimiento y reflexión de la sociedad sobre sí
misma y de las propuestas y las acciones colectivas que tienden a mantener o
alterar el estado de cosas vigente en la sociedad, o en sectores particulares
de esta. Se trata de un ámbito heterogéneo, en el cual es posible
distinguir niveles diferentes” (Teresita de Barbieri, profesora e
investigadora en la Universidad Nacional Autónoma de México).
Lo privado refiere a acciones producidas por un sujeto o más que no
perjudican a terceros. Es lo íntimo, lo que me pertenece, lo que te pertenece.
Es la esfera más profunda, propia y más reservada de la personalidad del ser
humano.
No obstante, hoy nada ni nadie resulta ajeno a las TICS
(Tecnologías de la
Información y las Comunicaciones). La sociedad digital ha
revolucionado las relaciones interpersonales. “Se especula acerca de la pérdida
de privacidad que supone la exposición, sin filtro, sin recaudos, ni pudor
alguno, ya sea de fotos, imágenes e información sobre personas que ni siquiera
han sido consultadas para ser incluidas…
Frecuentemente, tenemos la sensación de que aquellas cosas, que
deberían ser privadas, se exponen con todo desparpajo en los espacios públicos:
desde la opinión que un señor tiene de una señorita de la noche anterior, hasta
las increíbles confesiones sobre adulterios, crímenes, fantasías, etc. Lo íntimo
queda en el mismo nivel que lo público, esto reforma las regulaciones del orden
social”. (1)
Para poder comprender estos eventos actuales, que de alguna manera
nos tocan a todos, se deben conocer las motivaciones del/los sujeto/s que se
vuelven cómplices, en lo negativo, por desdibujar el límite entre lo público y
lo privado; y complican aún más la necesaria separación entre la esfera pública
y la esfera privada y haciéndola más difusa.
Una de las patologías, socialmente más aceptadas, es el “voyeurismo”,
pariente muy alejado de la curiosidad, que es inmanente a todo ser humano. Se
nace curioso, y voyeurismo es la deformación de esa curiosidad. Para el
"voyeur", mirar en secreto es clave. Hoy la Internet le pone esa
posibilidad al alcance de su desviación, dado que abundan sitios donde todo lo
relativo a lo sexual queda expuesto. Relaciones sexuales con el consentimiento
o sin él de los protagonistas, cámaras indiscretas en baños, desnudos en el
interior o en los jardines de la casa son algunos de los innumerables
“alimentos” ofrecidos. Los “voyeur o voyeristas” sacian así sus fantasías y sus
deseos, "sin infringir" la ley.
Nadie puede negar que, ante ciertos acontecimientos, la sociedad
toda se convierte en “voyerista”, una sociedad “mirona” de lo privado del otro.
Vale como ejemplo la “subida” a la red de un video privado, de tono sexual, de
una famosa actriz argentina con su exmarido. Se realizó a la madrugada, y, en
una hora, lo vieron más de miles de personas.
Según el diagnóstico psicológico basado en el Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM IV), el voyeurismo es una conducta
perversa, se considera una conducta patológica. Pero, en una sociedad donde los
límites de lo público y privado no son respetados, en una sociedad donde un Ley
de Educación Sexual duerme encajonada en los escritorios de los directivos de
los colegios, en una sociedad “del todo vale”, estaría supeditado a los sujetos
de una realidad que muestra como normal lo que no es.
Es fundamental incluir en la educación general de niños y jóvenes
la educación sexual, y entregarles herramientas para que sepan afrontar con
voluntad y libertad responsable su sexualidad, en un mundo altamente permisivo
y cambiante.
“La intimidad es algo tan singular que solamente se da en el ser
humano: referida a su mundo interior, la intimidad solo puede existir en la
medida en que el individuo es consciente de ella y comprende su sentido”(2).
Por eso, es tan importante la educación sexual. Desde esta perspectiva, resulta
mucho más difícil “distraer” a las nuevas generaciones de los problemas
sociales que SÍ nos deben ocupar.
1 Redes sociales y las diferentes esferas: Público, Privado,
Íntimo, Abkiewicz, M.; Baló, C.; Depresbíteris, G.; Glinsek, L.; Magnaterra, R.
S.; Vilas, J. S., Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires.
2 Idem.
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