1Cor: 3, 18-23
Comentario:
Distintas fidelidades y pertenencias marcan nuestra vida. decimos: "Soy de tal barrio, soy de tal equipo de football, soy de tal o cual grupo o movimiento eclesial". En la lectura San Pablo nos recuerda que nuestra verdadera pertenencia y alianza, que da sentido a toda nuestra vida es: "Ustedes son de Cristo". Los ojos de Pablo nos ofrece un grandioso final: "Todo es de ustedes, ustedes son de Cristo, Cristo es de Dios"(22s). El Apostol remata esta parte de la carta volviendo al tema del principio: No pertenecen a Pablo o a Apolo o a Cefas, viene a decir. Al contrario, ellos les pertenecen a ustedes como ministros y colaboradores de Dios al servicio de la comunidad. O lo que es lo mismo, no son los cristianos los que esytán al servicio de la institución o de la jerarquía de la Iglesia por más alta que esta sea, o de cualquier movimiento eclesial de turno. Al revés. No podemos enajenar nuestra libertad de pensar y de actuar ni nuestra conciencia en una obediencia servil a nuestros líderes, ni éstos pueden imponernos el silencio, siempre que nos movamos dentro de la tradición apostólica2.
Referencias:
1 Carlos Mesters, Travesía, Ed. C. Bíblico Ecuménico
2 la Biblia de nuestro Pueblo; Luis Alonzo Schökel
3 La liturgia cotidiana; Sept 2012 Ed. San Pablo. Arg.
4 Mateo Bautista, Comentarios Bíblicos Dominicales, Ciclo B, 1ª Edición, San Pablo 2011
5 Gloria Ladislao, Palabras y Pasos, Ed. Claretiana
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